física cuántica

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jueves, 31 de octubre de 2013

DESARROLLO DE LA FÍSICA CUÁNTICA.

Hay quienes hablan de una revolución en ciernes. Tal revolución se fundamenta en ideas que parecen cuestionar nuestras creencias respecto a cómo funciona el mundo y la manera de definirnos a nosotros mismos. Se trata de ideas que han tenido siempre un papel preponderante en diversas filosofías y religiones. Lo revolucionario no estriba entonces en su novedad, sino en el hecho de que esta vez provienen del dominio de la ciencia.

Gran parte de lo que creemos sobre nuestro mundo y el lugar que ocupamos dentro de él se deriva de paradigmas formulados en el siglo XVII. La columna vertebral de la ciencia moderna está sostenida por ideas tradicionales de la física y la biología, postuladas por científicos y pensadores como Newton, Descartes o Darwin. Newton veía el universo como una gran máquina; Descartes lo consideraba compuesto por dos elementos separados y esencialmente distintos: lo material y lo inmaterial; Darwin, por su parte, concebía al hombre como una máquina de supervivencia. En conjunto, la visión del mundo que hemos heredado de la física y la biología tradicionales está basada en la separación, dado que concibe una serie de elementos completamente aislados unos de otros. Como resultado, la existencia llega a ser un evento solitario y carente de propósito. La vida no tiene que ver con el compartir y la interdependencia, sino con ganar, con llegar primero; en última instancia, la lucha por la supervivencia se resuelve en un “comer o ser comido”. Este tipo de ideas nos han conducido a un dominio tecnológico del mundo, pero también a una sensación de aislamiento. Sabemos mucho acerca de ciertas cosas, pero muy poco acerca de los misterios más fundamentales de nuestro propio ser, así como de los asuntos realmente importantes en nuestra vida.

Quizá por ello, se ha registrado desde hace ya varias décadas un creciente interés por las filosofías y religiones orientales, que hacen énfasis en la unidad y equilibrio de todo lo existente. En el terreno de la ciencia, no obstante, hay también desarrollos que sugieren que los seres humanos somos mucho más que un simple ensamblaje de carne y huesos. En el fondo, posiblemente nos hallemos conectados con todas las cosas del mundo a través de cierto campo energético subyacente, mismo que incluso podría resultar ser el motor central de nuestro ser y nuestra conciencia.



Aquí podrás encontrar mas sobre el tema: http://www.tec-digital.itcr.ac.cr/revista-fisica/Archivo/N4/Editorial/EditorialPag1.htm




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