física cuántica

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jueves, 31 de octubre de 2013

LA IMPLICACIÓN FILOSÓFICA DE LA NUEVA CIENCIA.

La física cuántica se ha chttp://www.slideshare.net/filosofiaiztapalapa3/filosofia-y-cienciaonvertido en una herramienta tecnológica extraordinariamente importante, vital para fabricar bombas o ingenios electrónicos, por poner sólo dos ejemplos entre muchísimos otros. Sin embargo, las implicaciones filosóficas con respecto a la verdadera naturaleza de la realidad, que podrían tener múltiples consecuencias prácticas, aún no se han desarrollado lo suficiente.

¿Cuáles son algunas de estas consecuencias? La división cartesiana entre lo material y lo inmaterial, por ejemplo, podría resultar falsa. Quizá no haya dos entidades físicas fundamentales, sino sólo la energía. La materia sería simplemente cierta acumulación de energía capaz de crear la apariencia de masa.

En el fondo, la realidad podría estar compuesta por paquetes de energía cuántica, que intercambian información constantemente dentro de una trama invisible. Si esto fuera cierto, estaríamos conectados unos con otros y con el mundo desde el fundamento mismo de nuestro ser. Esto difuminaría las líneas que limitan nuestra individualidad. Es decir: si todo el mundo es energía, ¿dónde acabamos nosotros y comienza el resto del mundo?; dejaría de haber un “ahí afuera” nítido si nosotros y el resto del mundo estuviéramos intrínsecamente interconectados. Lo cual echaría por tierra las teorías de la física clásica, fundamentadas en el concepto de separación.

Las partículas subatómicas existen en un estado potencial abierto a todas las posibilidades hasta que nosotros las observamos o medimos, momento en que se convierten en algo real. Podemos decir que, si la realidad es el resultado de cierta interacción elaborada de la conciencia con su entorno, entonces la conciencia, como las partículas subatómicas, también podría estar basada en un sistema de probabilidades. Posiblemente, nuestros cerebros eligen a cada momento entre opciones cuánticas, tomando estados potenciales y actualizándolos. Esto sugeriría que el ser humano tiene mucha más capacidad de la que habitualmente se le atribuye, dado que, en cierto sentido, crearía su mundo a cada momento. En cualquier momento de nuestra vida existirían procesos que alterarían para bien o para mal nuestra relación con todos los seres vivos.

A diferencia de la visión del mundo propuesta por Newton o Darwin, la visión que se adivina tras los descubrimientos de la física cuántica parece potenciar la vida, fomentando nuestro crecimiento y desarrollo en todos los sentidos. Se trata de un modelo que no concibe el universo como una máquina, sino como algo que está, hasta cierto punto, bajo nuestro control; favoreciendo ideas encaminadas a bloquear influencias dañinas y vivir una vida más feliz.

Probablemente, si más gente en todo el mundo se preocupara por su desarrollo integral, la “coherencia” (término muy usado en física cuántica) se extendería, influyendo de manera positiva en una gran cantidad de personas. Hablando ya en términos de desarrollo humano, el mensaje central sería el siguiente: podemos crear una comunidad mejor, tenemos la capacidad colectiva de hacer que el mundo sea un lugar mejor. Podría hablarse, en este sentido, del “efecto cuántico” de un individuo sobre su entorno.

Desde luego, estas consideraciones van más allá del dominio de la ciencia para aventurarse en el campo de la especulación. La especulación, no obstante, tiene su propio valor dentro del pensamiento científico, ya que permite vislumbrar paradigmas que, en algunos casos, conducen a nuevas teorías y conocimientos acerca del mundo.

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